El regreso de Banco Sabadell: ¿Cuánto tiempo estará en Cataluña?

El 5 de octubre de 2017, el consejo de administración del Banco de Sabadell acordó trasladar su sede social desde la localidad vallesana a Alicante. No lo hizo por deseo, sino por obligación, pues el referéndum ilegal de independencia de Cataluña del 1 de octubre le podía generar repercusiones muy negativas sobre su presente y próximo futuro.
En primer lugar, una elevada retirada de depósitos por parte de los ciudadanos del resto del país. Una sustancial parte de ellos no quería tener su dinero en un banco catalán, si Cataluña ya no formaba parte de España. En segundo, la gran preocupación de algunos de sus principales accionistas sobre el porvenir de la entidad financiera.
En tercero, una caída de su cotización bursátil del 9,9% entre el 3 y 4 de octubre. Una tendencia que se invirtió cuando los inversores conocieron el traslado de su sede social, pues el 5 de octubre el precio de la acción subió un 6,16%.
En cuarto, la expectativa de convertirse en un banco de fuera de la zona euro y perder la capacidad de obtener liquidez del BCE.
En los siguientes años, todos los gobiernos de la Generalitat han solicitado a Josep Oliu (su presidente) el regreso del banco a Catalunya. Durante ellos, dio largas a sus interlocutores y públicamente declaró diversas veces que “un nuevo cambio de sede no está sobre la mesa”. A pesar de ello, el 22 de enero de 2025, anunció que la entidad financiera volvía a Sabadell.
La noticia tiene múltiples interpretaciones. Alguna de ellas son las siguientes:
1) Un gran triunfo de Salvador Illa. Desde que fuera elegido presidente de la Generalitat, el regreso del Banco de Sabadell probablemente sea su mayor satisfacción. No lo será por sus repercusiones económicas, pues el primer traslado de la sede social de la entidad no supuso el de sus principales ejecutivos ni el de una gran parte del personal de los servicios centrales.
No obstante, sí por sus implicaciones políticas. En primer lugar, porque ofrece la imagen de que en la Generalitat existe un gobierno en el que confían las empresas. En segundo, por el efecto arrastre, pues muchas compañías de menor tamaño pueden seguir el camino emprendido por el Banco de Sabadell, especialmente si la Generalitat se lo solicita y les ofrece una pequeña contraprestación. La contrapartida no tiene por qué ser de carácter económico.
En tercero, por el triunfo de una política dirigida al regreso de la normalidad a Cataluña, cuyo logro constituye uno de los principales objetivos de Illa. Por un lado, la finalización de la sucesión de días históricos, de los desplantes a algunas autoridades y del enfrentamiento de la Generalitat con otras administraciones. Por el otro, el retorno de las medidas cuyo propósito es la mejora de los servicios públicos, el aumento de la calidad de vida de las familias y el crecimiento del tejido empresarial.
2) Una señal de debilidad por parte del Banco de Sabadell. El 9 de mayo de 2024, el BBVA presentó una OPA hostil contra el banco de origen catalán. Desde dicho día, la prioridad de los ejecutivos de la entidad financiera ha sido el fracaso de la operación de adquisición. Para lograrlo, sus dirigentes utilizarán todos los medios legales a su alcance.
En primer lugar, intentarán convencer a sus accionistas de que, en el futuro, la rentabilidad obtenida por un banco mediano será superior a la lograda por una gran entidad, tal y como sería la resultante de la integración del Sabadell en el BBVA. Según mis fuentes financieras, un objetivo que hasta el momento les está siendo difícil conseguir.
En segundo, apelarán al patriotismo de los accionistas catalanes. En otras palabras, se envolverán con la bandera. Por un lado, asimilando el Sabadell al Barça. Para Cataluña, si el segundo es más que un club, el primero es más que un banco. Por el otro, resaltando las múltiples contribuciones que la entidad financiera realiza a numerosas asociaciones y fundaciones del territorio catalán.
En tercero, buscarán congraciarse con los políticos, especialmente con aquellos que ostentan poder y tienen línea directa con el presidente del Gobierno. Indiscutiblemente, uno de ellos es Illa. Por eso, estoy convencido de que, si el BBVA no hubiera opado al Sabadell, la sede social del segundo continuaría en Alicante durante bastantes años más.
3) La reacción del BBVA. Después de conocer la reversión de su traslado, el BBVA ha declarado que la noticia no tiene influencia alguna en la OPA. Indudablemente, los representantes del banco vasco han dicho lo más conveniente para sus intereses, pero no lo que probablemente creen, pues la maniobra es de gran calado político.
Si yo fuera un dirigente del BBVA, entendería que los ejecutivos del Sabadell me están diciendo que la OPA sólo triunfará si la entidad vasca vence en tres terrenos: las finanzas, la política y la sociedad civil catalana (los accionistas nacionalistas). Desde mi perspectiva, en el primero va ganando el banco vasco, en el segundo aparentemente lo hace el de origen catalán y el tercero es escasamente significativo, si el precio pagado por las acciones del último alcanza un importe elevado. Para los inversores, la pela es la pela y casi es lo único que les importa.
En definitiva, el retorno del Sabadell a Cataluña es gracias al BBVA. Si el segundo no hubiera opado al primero, la sede social del banco vallesano hubiera continuado en Alicante durante mucho tiempo más. Con su regreso, Josep Oliu busca complacer a Illa y obtener su respaldo. Su apoyo es importante por ostentar la presidencia de la Generalitat, pero especialmente por su influencia sobre Pedro Sánchez.
El objetivo del Sabadell es convencer al presidente del Gobierno de que boicotee la OPA. Si así sucede, sus ejecutivos evitarán que los inversores decidan si aceptan o no el canje de acciones propuesto por el BBVA. Una intervención directa de Pedro Sánchez no es necesaria, pues puede actuar a través de la CNMC o el Ministerio de Economía. En el primer caso, mediante un dictamen que obligue a la entidad resultante a vender una sustancial parte de su red. En el segundo, mediante argumentos de carácter más social y político que económicos.
Hace tres días, el Sabadell movió su mejor ficha; en cambio, el BBVA la sigue guardando en un cajón. El respaldo de algunos grandes inversores le ofrece a sus ejecutivos una confianza de la que carecen los de la entidad rival. Para numerosos analistas, el mejor resultado para Cataluña es el fracaso de la OPA, pero existen dudas de que sea la opción más beneficiosa para España.
En septiembre de 2020, pensando en el interés del país, los líderes del PSOE y PP no pusieron ningún impedimento a la OPA amistosa de CaixaBank sobre Bankia y la CNMC, sólo unos escasos inconvenientes. A pesar de que la cuota de mercado de la nueva entidad en Cataluña y la Comunidad Valenciana era superior a la que tendría el banco resultante de la integración del BBVA y Sabadell en cualquier autonomía. No obstante, no se extrañen si lo que antes era bueno, ahora constituye un gran peligro. La política ha sido, es y será así.